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¿Te ha pasado que decides venir a Toledo y no sabes por dónde empezar? Lo primero que suele ocurrir. Te recomiendan venir un solo día. ¿Para qué más? Si Toledo es un pueblo dicen. Éste es el primer gran error. Comienzas a buscar entusiasmado en Google "qué hacer en Toledo en un día". Según vas leyendo te das cuenta que necesitas más tiempo para conocer bien lo más destacado de la ciudad, que es bastante.
Sigues investigando para organizarte el viaje y ahora la búsqueda se centra en “qué ver en Toledo en dos días”. Algunos monumentos los tienes claros: la Catedral, el Alcázar y los monumentos de la pulsera turística. Pero hay vida más allá de ellos. Toledo cuenta con alrededor de 100 Bienes de Interés Cultural y ¡260 hectáreas de casco antiguo en las que perderse!
Al final decides que mínimo cuatro días estarás en Toledo para empaparte de todo el patrimonio monumental. Ya de paso descubres que hay espacios subterráneos; una senda ecológica; joyas arquitectónicas y artísticas fuera del casco o del mismo Toledo imprescindible; barrios menos turísticos donde se encuentra la esencia de la ciudad y que debes visitar tanto de día como de noche…
Para ayudarte a vivir la experiencia al máximo decides hacer un tour guiado por Toledo. Elige entre una visita guiada al Toledo de las Tres Culturas o rutas nocturnas. Con la primera opción descubre algunos de los monumentos claves tanto por exteriores con los tan demandadosFree Tour y con las rutas nocturnas adéntrate por ejemplo en alguna de las leyendas de Toledo más famosas o sorpréndete con todos los personajes destacados que han pasado por la Ciudad Imperial.
Vayamos paso a paso. Sigue leyendo que te damos las claves sobre los lugares que visitar en Toledo.
15 cosas imprescindibles que ver en Toledo
Te lo adelantábamos más arriba. Lo ideal es estar mínimo cuatro días en Toledo para conocerlo en profundidad. Ahora bien, eso depende de muchos factores: el tiempo que tengas, tu presupuesto o tus intereses. ¡Prepárate! En rutastoledoapie.es te damos todas las opciones para que elijas y hagas de tu visita a Toledo inolvidable.
Monumentos de la pulsera turística
Somos Ciudad Patrimonio de la Humanidad desde 1986. De ahí que la conocida como ciudad de las Tres Culturas tenga muchos rincones y espacios destacados con una grandísima carga histórica. Empieza por los monumentos de la pulsera turística. Es un bono que incluye la entrada a siete monumentos de la ciudad. Entre ellos, hay tres representativos de cada una de las tres religiones que coexistieron en Toledo.
Mezquita del Cristo de la Luz
Empezando por la mezquita del Cristo de la Luz . Un nombre un tanto raro para una mezquita desde luego. Y no, no nos hemos equivocado. En realidad se relaciona con una de las alrededor de 200 leyendas con las que contamos. Ésta en cuestión nos narra un milagro ocurrido en la mezquita una vez el rey Alfonso VI entró en Toledo, victorioso, tras haber ganado la ciudad a los musulmanes. Edificio del siglo X, se trata de una de las edificaciones toledanas más antiguas en pie y una joya del arte hispanomusulmán.
Sinagoga de Santa Maria la Blanca
En pleno corazón del barrio judío encontrarás los otros dos monumentos representativos del Toledo de las Tres Culturas, empezando por Santa María la Blanca. Aunque su nombre suena más a un templo cristiano, en realidad fue una sinagoga. Una de las dos sinagogas que conservamos en Toledo además de ser una de las cinco sinagogas medievales que existen en toda España. Desde luego, cuenta con una buena presentación. Eso sí, su nombre actual te puede dar una pista de su destino: fue convertida en iglesia en 1411. Anímate a entrar, el exterior del edificio es más bien austero y te dejará con un sabor de boca amargo. Sin ninguna duda para apreciar toda su belleza hay que atravesar sus puertas. Porque recuerda, la belleza siempre está en el interior ;D.
Monasterio de San Juan de los Reyes
Al lado prácticamente de la sinagoga está el magnífico Monasterio de San Juan de los Reyes, un básico para conocer la huella de los Reyes Católicos en Toledo. Un catafalco arquitectónico en donde iban a reposar los restos de tan importantes personajes para nuestra historia. Finalmente, no pudo ser. Ello no quita que el monasterio no forme parte del pack esencial de “qué ver en Toledo” . Incluso si estás solo un día por la ciudad del Tajo. Pasea tranquilamente por su claustro. Siéntate en uno de los bancos de la iglesia. O admira su imponente perfil desde la plaza aledaña. Éstas son nuestras recomendaciones para disfrutar de este imponente monumento.
Iglesia del Salvador
Por su parte la Iglesia del Salvador, del siglo XII, está a caballo en ser un ejemplo de templo cristiano pero con tintes musulmanes. Originalmente aquí estuvo la segunda mezquita más importante de la ciudad árabe de Tulaytula, es decir, Toledo. Acabó siendo convertida en iglesia como muchas otras. De la mezquita solo nos quedan los restos arqueológicos. A todo ello, súmale una pieza de gran valor: una pilastra visigoda datada, nada menos, en el siglo VI.
Colegio de Doncellas Nobles
Como ves, estos monumentos de la pulsera turística están ubicados cronológicamente en la Edad Media. Prepárate para los otros tres que incluye, darás un salto al siglo XVI. En aquella época se fundó una de las instituciones más prestigiosas de España y de Europa dedicada a la enseñanza femenina. Hablamos del Real Colegio de Doncellas Nobles, verdadero tesoro escondido en el callejero toledano. Un edificio reformado en los siglos XVIII y XIX que sigue guardando muchos secretos y rincones por descubrir. La iglesia-capilla desde donde las doncellas seguían los oficios es un verdadero placer para los sentidos. Allí también verás el sepulcro del Cardenal Silíceo, la persona que creó este colegio.
Iglesia de Santo Tomé
Y si hablamos del siglo XVI y juntamos Toledo a la mezcla, la figura del Greco es fundamental. En la Iglesia de Santo Tomé contempla el “Entierro del Señor de Orgaz”, una de sus obras maestras. Cuántas veces has visto este cuadro en el libro de texto cuando estudiabas. O por la televisión, o en revistas divulgativas… Y cuánto impresiona verlo en vivo y en directo por su tamaño. 4,80 x 3,60 metros de lienzo en el que el Greco representa un milagro ocurrido en la mencionada iglesia. Además es admirable cómo, a lo largo de los siglos, todavía se mantiene en el lugar para el que fue pintado. Algo que muchos otros cuadros del cretense no pueden decir.
Iglesia de los Jesuitas
Una vez recorridas las calles y vistos estos monumentos, todavía falta uno de la pulsera turística que te aportará un punto de vista diferente: el de las alturas. En la Iglesia de los Jesuitas sube a sus torres y ve Toledo como nunca antes lo habías hecho. Una panorámica 360º desde uno de los puntos más altos del casco y además situado más o menos en el centro del mismo. ¿Qué más se puede pedir? Ojo, antes de subir admira el impresionante trampantojo que decora el altar mayor de la iglesia. No te dejará indiferente.
Ahora te faltan dos de los edificios más emblemáticos de la ciudad: el Alcázar y la Catedral.
Alcázar de Toledo
En el Alcázar vive la historia de España paseando por el Museo del Ejército. Porque no hay que confundirse, el Alcázar de Toledo hoy día de palacio tiene poco. Alberga dicha institución desde el año 2010. Eso sí, adentrarte en las entrañas del edificio y llegar al Patio de Carlos V es toda una experiencia. Siéntete como un verdadero noble o dama del XVI subiendo la Escalera Imperial que en él se encuentra para admirar la estatua de “Carlos V y el Furor” desde las alturas. Y hablando de alturas, en uno de los torreones del Alcázar está la Biblioteca Regional de Castilla la Mancha. Cuenta con una cafetería en lo más alto del torreón. ¿Hay que darte más pistas?
Catedral de Toledo
Por su parte la Catedral de Toledo no se queda atrás. Como edificio en sí es una obra maestra en mayúsculas. Súmale todas las maravillas que guarda en sus aproximadamente 12.500 m2: la Custodia de Enrique de Arfe que procesiona en el Corpus Christi y que hace las delicias tanto de feligreses como de laicos; la sillería del coro con sus detalles escultóricos; la Sala Capitular desde donde te miran todos los arzobispos toledanos; la Sacristía con otra de las obras maestras del Greco, “El Expolio”, o el fresco de la bóveda de Luca Giordano; o el Transparente detrás de la Capilla Mayor. Esta obra de arte total hace que sufras un verdadero “stendhalazo”. Tranquilo, no hace falta acudir al médico después. Se trata de un término popular para referirse a aquellas obras de arte que nos impactan en lo más hondo, nos dejan sin habla y nos evaden de lo que tenemos alrededor. En definitiva, no te extrañe que la Catedral de Toledo haya servido de inspiración a artistas tan dispares como Gustavo Adolfo Bécquer, Benito Pérez Galdós o, más actualmente, el madrileño C Tangana con su tan sonado videoclip.
Toledo Subterráneo
Por un lado, hay algunos subterráneos que tienen entrada libre. Otros sólo podrás verlos con una visita guiada por el Toledo subterráneo. Tal es el caso de baños árabes como el del Cenizal. Un espacio asombroso del siglo X localizado debajo de una manzana de casas y que te ayudará a comprender cómo era el mundo de la higiene y la purificación en los hamman. El Baño del Ángel es otra muestra de estos espacios aunque se localiza en pleno barrio judío. ¿Los hamman también los utilizaban los judíos entonces? Descúbrelo en el mejor tour de Toledo.
Los pozos y aljibes igualmente forman parte de la identidad de la ciudad. Muchos edificios, ya sean casas, la Catedral, o antiguas cárceles, cuentan con un acceso al agua de este tipo. Los conventos tampoco se quedaban atrás. El de Trinitarios Calzados poseía uno de los pozos más impresionantes por la bóveda de ladrillo que lo cubre. No era solamente un pozo sino a la vez un aljibe. Todo un asombro descender a él.
A su vez hay otros subterráneos a los que puedes acceder por tu cuenta pagando la entrada o acompañado de un guía profesional. Las mazmorras de la Posada de la Hermandad son un ejemplo de ello. En este espacio carcelario del siglo XV desde luego puedes dejar volar tu imaginación sobre cómo era la vida en él. Aunque siempre es mejor que te lo cuenten. No lo dudes, este tour guiado por Toledo es de los más populares y apuesta segura para conocer el Toledo subterráneo.
Toledo nocturno
En esos mínimo cuatro días que estás en la Ciudad Imperial desde luego que debes ver Toledo de noche. Sales a cenar y después paseas tranquilamente entre los monumentos iluminados. Muchísimas callejuelas te ofrecen una experiencia única. Casi parece que viajas a otro mundo y otro tiempo. Barrios en los que andas tú solo y te salen unas fotos de revista.
A su vez, la noche es el momento perfecto para seguir profundizando en la historia de la ciudad y entender un poquito más su grandeza. Súmate a este viaje en el tiempo al Toledo del siglo XVI y XVII con la ruta nocturna Toledo Inmortal. Dos épocas de esplendor y decadencia respectivamente que han dejado interesantes historias entre sus muros. Relatos y anécdotas curiosas que no aparecen en las típicas guías de viaje de la ciudad.
¿Imaginas cómo era la Plaza de Zocodover entonces? Sorpréndete con los festejos y espectáculos que en ella se celebraban o con las cofradías que a ella llegaban. Algunas de esas cofradías se dedicaban a labores muy necesarias, como el enterramiento de gente sin recursos o dar apoyo espiritual a los procesados antes de ser ejecutados públicamente en Zocodover.
El siglo XVI y XVII van a ser también dos épocas en las que grandes figuras del mundo del arte o la literatura dejaron huella a su paso por Toledo. Tal es el caso del mismísimo Cervantes o Lope de Vega, el “Fénix” de los ingenios. Sin olvidarnos del príncipe de los poetas castellanos, Garcilaso de la Vega. Un “ttv” (“toledano de toda la vida”) viajero con gran sensibilidad como se aprecia en sus sonetos. A la vez fue un buen soldado al servicio de Carlos I de España y V de Alemania, por ejemplo en la famosa Guerra de las Comunidades.
Precisamente uno de los más famosos comuneros, Juan de Padilla, te aguarda también en este paseo por Toledo de noche, para que conozcas su historia y sobre todo la de su esposa: la gran María Pacheco, la “leona de Castilla”.
Doménikos Theotokópoulos, “El Greco” para el resto de los comunes, es sin duda el artista por excelencia relacionado con la ciudad. Mil veces habrás oído hablar de él y de la genialidad de su pintura, incomprendida en muchas ocasiones por adelantarse a su tiempo. A estas alturas, seguro que ya has visto de cerca algunas de sus obras más famosas. Pero, ¿sabías que está enterrado en Toledo? O al menos estuvo. En una preciosa plaza en el corazón del barrio conventual, la zona si cabe con más encanto del casco antiguo. Arropados por la tenue luz que ilumina sus calles, te contaremos qué pasó con los restos mortales del famoso pintor.
En esa plaza, curiosamente, confluyen otros personajes del mundo de la cultura de diferentes épocas. Y es que… no solo del Greco vive Toledo. En este mismo lugar vivieron otros grandes como Paco de Lucía o el mismísimo Gustavo Adolfo Bécquer. Este último admiraba muchísimo nuestra ciudad y vino en numerosas ocasiones. Recorrió las mismas calles por las que nosotros te llevaremos y se impregnó tanto de su encanto que esto le inspiró para escribir hasta cuatro de sus famosas leyendas.
Después de haber visto el Alcázar, la Catedral y el barrio judío en el mejor free tour de Toledo. De haber descubierto el Toledo subterráneo. E incluso de haber viajado al pasado con el tour nocturno por el Toledo más desconocido. Tu camino no termina todavía aquí, joven padawan. Ya te avisamos al principio de estas líneas: no es fácil abarcar una ciudad tan inmensa en patrimonio e historia.
Llévate una experiencia verdaderamente completa y única conociendo también otros monumentos. Los que no se les presta tanta atención y que son auténticas joyas. Hablamos del Museo de Santa Cruz o el Museo de los Concilios y de la cultura visigoda.
El primero, el Museo de Santa Cruz, es actualmente uno de los museos más importantes de la ciudad. Este antiguo hospital para niños expósitos es de las obras arquitectónicas más relevantes del Renacimiento español por su diseño, por su impresionante patio con una escalera monumental, o la maravillosa portada de la fachada de acceso. El museo alberga en su interior una gran colección de piezas de muy diversa índole, que van desde época romana hasta obras del Greco.
El Museo de los Concilios y de la cultura visigoda se encuentra en el interior de la Iglesia de San Román, ejemplo bellísimo y poco reconocido del mudéjar toledano del siglo XIII. Tiene unos frescos románicos que quitan el hipo, avisado estás. En la exposición del museo podrás ver los vestigios de la que fue antigua capital del Reino Visigodo de Toledo. Interesantes piezas, algunas de ellas reproducciones y otras originales, tanto de la capital como de otras zonas de la provincia.
Aparte, el Museo Sefardí y el Museo del Greco son otros puntos de interés que desde luego no pasan desapercibidos.
Como su nombre indica, el Museo Sefardí te ayuda a comprender el legado de la comunidad judía de Toledo y de la Península. Sin ellos, la identidad de la ciudad no estaría completa. Además, el museo se encuentra ubicado en una antigua sinagoga: la de Samuel Ha Leví. Última sinagoga construida en la ciudad y una de las cinco medievales que tenemos en toda España. ¿Te acuerdas? Ya teníamos otra de ellas en Toledo, la Sinagoga de Santa María la Blanca. Dicen que las comparaciones son odiosas. ¡Qué gran verdad! Nuestras dos sinagogas no tienen nada que ver una con la otra y no sabrás con cuál quedarte.
Al lado del Museo Sefardí hay una casa con un patio de considerables dimensiones. Entra en ella y sumérgete en el ambiente hogareño del siglo XVI mientras ves cuadros tanto del pintor cretense como de sus seguidores. Sí, estamos hablando del Museo del Greco. Se localiza justo en frente del lugar donde en realidad Doménikos vivió. Ahora un jardín muy grande y agradable se extiende allí con muy buenas vistas del Tajo y los Cigarrales. Asómate al mirador como si fueras el mismísimo Greco en su ventana.
Disfruta de los entresijos de estos museos con la ayuda de guías profesionales. Ya viajes tú solo, en pareja, en familia, vengas con un grupo escolar, del trabajo, o con amigos… Tienes la opción de las rutas a la carta. Tú decides qué visitar o el tiempo de duración del tour. Una experiencia exclusiva y destinada a que, de una manera u otra, puedas vivir y ver Toledo al 100%.
Para nosotros, los guías de Toledo a pie, no hay un trabajo más gratificante que este: poder enseñarte la ciudad desde nuestros ojos. Unos ojos que admiran y aman cada rincón de ella. Disfrutamos como nadie transmitiendo esa pasión que nos une a los cinco miembros de esta cooperativa. Sólo nos faltas tú. Anímate con una ruta a pie por Toledo. Esta ciudad deja huella. Ahora es tu turno. Deja tu huella en Toledo.