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2 de junio de 2022Corpus Christi: Origen e Historia (Actualizado junio 2023)
Como se suele decir en Toledo, ya huele a Corpus. El jueves 8 de junio de 2023 Toledo volverá a celebrar su fiesta grande. La fecha es variable, pues se celebra sesenta días después del Domingo de Resurrección. La Semana Santa de Toledo cuenta con muchos seguidores. Pero el Corpus Christi es cuando la mayoría de los toledanos -laicos o religiosos, creyentes o ateos– salen a disfrutar de esta fiesta. Es digna de la mayor admiración, ya sea por la liturgia que la acompaña, por sus elementos profanos -decoración, música, fuegos artificiales, gigantones, cabezudos y tarasca– o simplemente por ver en la calle la maravillosa obra de arte que es la custodia de Enrique de Arfe.
Sin embargo, la fiesta del Corpus tiene un origen indiscutiblemente religioso que es imprescindible conocer. En pocas palabras, para los católicos el día del Corpus, Dios sale a las calles de la ciudad. Por algo se suele decir en Toledo, y en buena parte de España, que hay tres jueves que brillan más que el sol: Jueves Santo, Corpus Christi y el día de la Ascensión. ¿Vas a venir este año? ¡Sigue leyendo para estar al día de todo!
Corpus Christi: Origen e historia
- Corpus Christi: Origen e Historia (Actualizado junio 2023)
- ¿Qué es el día del Corpus Christi?
- ¿Cuál es la historia del Corpus Christi de Toledo?
- ¿Cuál es el significado de los gigantones y la tarasca?
- ¿Cómo se celebra el Corpus en Toledo?
- ¿Qué es la custodia de Toledo?
- Una práctica perdida: los autos sacramentales (Actualizado junio 2023)
- Bibliografía (Actualizado junio 2023)
¿Qué es el día del Corpus Christi?
Toda historia debe comenzar por el principio. En este caso, debemos referirnos a la Biblia, donde en el relato de la Última Cena Jesús afirma: “Tomad y comed, esto es mi cuerpo” … “Tomad y bebed, esto es mi sangre”. La Iglesia siempre interpretó esto de forma literal, sin simbolismos, por lo que durante la Eucaristía, tras formular el sacerdote la fórmula de la consagración, el pan y el vino se convierten en el cuerpo y en la sangre de Cristo. Esto es denominado el milagro de la transubstanciación.
Sin embargo, en la Edad Media algunos teólogos no lo tenían tan claro. Es el caso de Berengario de Tours (999-1088) que cuestionaba la presencia real de Cristo en la Eucaristía. Afirmaba que el pan y el vino eran únicamente símbolos del cuerpo y la sangre de Cristo pues tras la consagración el pan seguía sabiendo a pan y el vino, a vino. La Iglesia declaró hereje a Berengario y zanjó la cuestión afirmando que sí se produce dicha transformación, a pesar de que las especies del pan y el vino mantengan sus anteriores propiedades. Es más, el propio Berengario, tras sucesivas condenas en varios concilios, acabó por admitir que se daba la transmutación. En el IV Concilio de Letrán de 1215, la transubstanciación se convirtió en dogma de fe.
Casi dos siglos después de Berengario de Tours, los enigmáticos cátaros volvieron a negar el milagro de la transubstanciación. ¿Qué pasó con ellos? También fueron declarados herejes. Poco tiempo después, en 1264, el Papa Urbano IV extendió la celebración de la fiesta del Corpus Christi por medio de la bula Transiturus de hoc mundo. Una verdadera carta fundacional de una fiesta que, en pocas palabras, celebra la verdadera presencia de la sustancia divina en el pan de la misa.
En el siglo XIV volvió a ser impulsada por los Decretales del Papa Clemente V, el primero de los siete Papas que residió en Aviñón. Por cercanía con esta ciudad francesa, la fiesta pronto pasó a la corona de Aragón. Y esto es un hecho clave.
A partir del siglo XIV se dan las primeras procesiones con que se honraba esta festividad, al tiempo que se tiene noticia de milagros de hostias sangrantes. Como el llamado milagro de los Corporales de Daroca –precisamente en la corona de Aragón– que consolidó la creencia a nivel popular.
¿Cuál es la historia del Corpus Christi de Toledo?
Si bien se suele afirmar que la primera fiesta del Corpus se celebró en Toledo en 1280 con la participación del rey Alfonso X el Sabio, esto no es más que una leyenda. El Corpus llegó a Toledo de la mano del arzobispo don Jimeno de Luna (1278-1338), que había sido obispo de Zaragoza y Tarragona.
La primera referencia documental a una procesión del Corpus en Toledo data de 1372. En pocos años fue creciendo, hasta el punto de que a finales del siglo XV una primitiva custodia ya iba acompañada de trompeteros y atabaleros, hachas encendidas, ángeles cantores y varios órganos transportados por peones y tocados por un organista. Más curioso aún, ya había gigantones que bailaban al son de la música, acompañados por panzones, diablos y judíos, además de unos carros en los que se representaban pequeñas obras de teatro de temática religiosa.
En 1505, en el contexto de una obra en la que aparecía Lucifer acompañado de seis diablos, se tiraron los primeros cohetes, como sigue siendo habitual a día de hoy. Todas estas obras iban acompañadas de una aparatosa escenografía. Los efectos especiales de la época. No obstante, la procesión del Corpus creció en el arzobispado de Toledo mucho más que en cualquier otro lugar, hasta el punto de que comenzó a influir en el resto del reino de Castilla, Aragón e incluso el modelo se exportó a América y Filipinas. Por algo Toledo era la sede primada de las Españas.
En cualquier caso, ya desde el siglo XVII se celebraba el Corpus de un modo similar a como se sigue haciendo hoy día. Con gigantes, tarasca, música, cohetes, flores, adornos, calles entoldadas, incienso y hierbas aromáticas y, por supuesto, con la concurrencia de una gran multitud.
¿Cuál es el significado de los gigantones y la tarasca?
El origen de los famosos gigantones es verdaderamente enigmático, sin que los investigadores se pongan de acuerdo de donde surgieron primero. Unos dicen que de los Países Bajos llegaron a Aragón y de ahí a Castilla. Otros dicen que es justo al contrario. Da que pensar que en 1391 en Barcelona ya se mencione a un gigante. Simplemente formaba parte de la escenografía de una obra teatral, representando a Goliath, aunque se sospecha que era un señor subido a unos zancos. También da que pensar que els gegants se extendiesen por toda Cataluña en el siglo XVII, que es cuando la fiesta empezó a tomar especial fuerza en Toledo. Lo que sí parece seguro es que en Toledo los gigantones simbolizan por primera vez las diferentes partes del mundo. Ya en el siglo XVI existían gigantones españoles, turcos y africanos. Así sigue siendo a día de hoy, pues los actuales gigantones representan a cristianos, musulmanes y judíos, a los que recientemente se han sumado los héroes comuneros Juan de Padilla y María Pacheco. Pareja protagonista de una parada en este tour nocturno por Toledo.
Más enigmático aún es su significado. Se suele coincidir en que simbolizan al mal, el pecado o la herejía, que son vencidos por el cuerpo de Cristo sacramentado. Otras versiones afirman que representan a todos los reyes del mundo, que se postran ante la religión cristiana, o que el Cristianismo había llegado a todas las partes del mundo. Sin embargo, el número y aspecto de los gigantes variaba según las ciudades. Por ejemplo en Santiago de Compostela se interpretaban como peregrinos y en Sevilla como los pecados capitales, pues eran siete. Por tanto, no parece que en todas las ciudades tuvieran el mismo significado, aunque en Toledo nos quedamos con lo antes dicho.
Menos incierto parece el significado de la Tarasca, un dragón que indudablemente representa al demonio. Lleva encima a Santa Marta, en referencia a una leyenda que relata cómo esta santa doblegó a un dragón valiéndose de sus plegarias. En Toledo se dice que esta muñeca representa a Ana Bolena, una de las esposas de Enrique VIII, que en el siglo XVI dio lugar al cisma anglicano al casarse con ella. No obstante, esta afirmación no es más que una tradición de origen popular. Lo que sí parece cierto es que la Tarasca de Toledo debió ser la primera de España, pues ya es mencionada en el siglo XV.
¿Cómo se celebra el Corpus en Toledo?
Gentes de diversa procedencia disfrutan en esa Semana Grande del Corpus. En especial gentes de Toledo y los alrededores dado que es festivo en toda la región. Hay actividades culturales como conciertos, exposiciones, o la visita a los patios. Esos tesoros escondidos dentro de innumerables inmuebles de la ciudad, ya sean casas, antiguos palacios o conventos, que sorprenden y encandilan cada año a todo aquel que los visita.
Sin embargo, toda la atención se la lleva sin lugar a dudas la gran procesión de la mañana del jueves. En tiempos se estuvo repitiendo la procesión el domingo siguiente, para favorecer la asistencia de turistas a tan magno acto, pero esta práctica se ha erradicado para centrarse en el jueves original.
Para ir calentando motores, el día anterior a ésta, por la mañana se realiza una gran ofrenda floral en la que participan los colegios de la ciudad así como el Arzobispo en la Puerta de los Reyes de la Catedral. Ya por la tarde, la Tarasca y los Gigantones hacen su aparición recorriendo las principales calles del casco. Tanto niños como adultos disfrutan de este peculiar desfile que viene acompañado por una banda de música. Tras éste, el pertiguero sale por la noche con su vara para comprobar que los toldos y los adornos que se encuentran en el recorrido de la Carrera Procesional de la Custodia no dificultan su paso en el día grande. Finalmente, un castillo de fuegos artificiales dan paso a una larga noche en la que las emociones están a flor de piel a la espera de la procesión.
En un recorrido de unos dos kilómetros que van desde la Puerta Llana de la Catedral Primada, pasando por la Plaza Mayor, la Plaza de Zocodover, la Iglesia de San Ildefonso o el Salvador, la larga comitiva que la forma está constituida tanto por laicos como por religiosos. Además se exhiben verdaderas joyas artísticas y eucarísticas. Entre los primeros, un piquete de la Guardia Civil a caballo con uniforme de gala inicia la marcha seguido de timbaleros del Ayuntamiento vestidos con ropajes del siglo XVIII. También aquí, en los inicios de la procesión, vemos un pertiguero, con peluca y capa blancas y su vara de 130 cm. de plata. No hay que confundirle con el del día anterior. El que ahora nos ocupa se encarga de ir anunciando la llegada de la procesión. Casi al final del cortejo también hay que contar con representaciones de las autoridades civiles – de la Presidencia, el Ayuntamiento, la Diputación Provincial – la Universidad de Castilla la Mancha y la Academia de Infantería.
Obviamente, la representación religiosa es la mayoritaria. Cofradías, hermandades, clero regular y secular, diáconos y demás acólitos, desfilan acompañando a la gran Custodia tras la que desfila el Arzobispo Primado.
Actualizado junio 2023
Juan Estanislao López Gómez, en su obra monográfica sobre el Corpus aparecida en Temas Toledanos, da este esquema de orden y protocolo:
- Piquete de la Guardia Civil.
- Timbaleros del Excelentísimo Ayuntamiento de Toledo.
- Cruz procesional de la Catedral.
- Guión del gremio de Hortelanos.
- Estandartes de las cofradías toledanas y niños de Primera
Comunión.
- Grupo de jóvenes representantes de las asociaciones Cristianas.
- Hermandad del Santísimo Cristo del Calvario.
- Hermandad del Santísimo Cristo de la Vega.
- Cruzada Eucarística.
- Hospitalidad de Nuestra Señora de Lourdes.
- Cofradía Internacional de Investigadores del Santo Cristo de
la Oliva.
- Cruces parroquiales.
- Religiosas de vida apostólica.
- Adoración Nocturna de Toledo.
- Rama Femenina.
- Rama Masculina.
- Capítulo de Caballeros Mozárabes.
- Capítulo de Caballeros del Santo Sepulcro.
- Capítulo de Infanzones de Illescas.
- Capítulo de Caballeros del «Corpus Christi».
- Colegio Nuestra Señora de los Infantes.
- Escolanía.
- Acólitos.
- Seminario Metropolitano.
- Seminario Menor.
- Seminario Mayor.
- Clero regular.
- Clero secular.
- Cofradía de la Santa Caridad de Toledo.
- Capilla de Reyes de la Catedral.
- Capilla Mozárabe de la Catedral.
- Cruz del cardenal Mendoza.
- Excelentísimo Cabildo de la Catedral Primada.
- Báculo del señor Cardenal.
- Pajecillos.
- Diáconos de honor.
- Acólitos turiferarios.
- «Corpus Christi» (Custodia)
- S. E. R. el señor Cardenal, Arzobispo Primado.
- Acompañan dos señores dignidades.
- Atributos arzobispales.
- Libro de preces y Sagrario portátil.
- Presidencia oficial.
- Autoridades civiles.
- Autoridades militares.
- Excelentísimo Ayuntamiento de Toledo.
- Excelentísima Diputación Provincial de Toledo.
- Academia de Infantería.
- Bandera.
- Banda y música.
- Compañía de Honores.
Podríamos llenar unas cuantas páginas con las múltiples cofradías y hermandades que desfilan. Por mencionar algunas, inicia la comitiva la del Gremio de Hortelanos, el único gremio que ha perdurado desde la Edad Media. La Cofradía Internacional de Investigadores del Santo Cristo de la Oliva reúne a doctores y licenciados del mundo, algunos de ellos desfilando con capa negra a modo de toga, golilla y guantes blancos, su insignia a modo de colgante y birrete del color de su especialidad.
Otras cofradías que no son de Toledo también han sido invitadas a participar, como es el caso de la Cofradía de Caballeros Cubicularios de San Ildefonso y San Atilano que desfilan desde 2008. Aunque sin duda, es la Cofradía de la Caridad la que recibe un gran honor dentro del cortejo. Desfila entre el clero secular, cerca de la Custodia, por ser la cofradía más antigua de Toledo – fundada allá por 1085 – y posiblemente de las más antiguas de España. Para conocer más sobre ambas en esta visita guiada por Toledo de noche te damos las claves.
El Capítulo de caballeros y damas mozárabes también tiene su presencia en la procesión pues la comunidad mozárabe en Toledo ha sido y es un agente social básico de la ciudad. Son los descendientes de aquellas personas que, aún bajo dominio islámico, conservaron su fe y su liturgia cristiana. Llegó así a haber en Toledo seis parroquias mozárabes. Una de ellas, la iglesia de Santa Justa y Rufina, entra dentro del recorrido de esta ruta nocturna por Toledo. Te estamos dando muchas razones para apuntarte al tour. Tendrás que hacer en Toledo algo aparte de disfrutar del Corpus XD.
Ya en el siglo XVI, el mismísimo Cardenal Cisneros quiso impulsar esta liturgia con la creación de la Capilla Mozárabe en el templo primado. La Hermandad de Caballeros Mozárabes nació en 1966. Aunque más bien hay que hablar de restauración pues se rastrean sus ordenanzas hasta 1513. La distinguirás en la procesión puesto que sus miembros visten un manto de paño azul, birrete del mismo color, llevando en el brazo izquierdo la cruz dorada de Alfonso VI de 12 puntas.
Igualmente tiene su presencia un colegio destacado en la ciudad, cuya fundación hizo un arzobispo: Juan Martínez Silíceo. Estamos hablando del Colegio de Nuestra Señora de los Infantes, creado en 1552 para formar a los clerizones. Niños que ayudaban en la liturgia de la Catedral Primada y de entre los cuales destacaban por sus voces seis. Los llamados “seises” destinados a cantar en los actos de culto. Estos “seises” desfilaban justo delante de la Custodia, para darle paso con sus cantos, aunque finalmente fueron sustituidos por unos pajecillos. Aparte de este colegio, el arzobispo Silíceo creó otras dos instituciones. Hablamos del Real Colegio de Doncellas Nobles y el beaterio que se instaló en la Sinagoga de Santa María la Blanca.
De entre todos los objetos artísticos que procesionan – sin contar la Custodia que merece una mención aparte – entre estandartes, cruces parroquiales y procesionales, báculos y varas, al inicio de la marcha, tras el pertiguero, sale la cruz catedralicia del siglo XV. Está fechada hacia 1475.
Este crucifijo fue un regalo del rey Alfonso V de Portugal al arzobispo Alfonso Carrillo como agradecimiento por su respaldo durante la guerra de sucesión castellana. De plata dorada, presenta en el centro a Cristo crucificado a cuyos pies descansa la calavera y dos huesos trenzados pertenecientes a Adán. Coincidencias de la Biblia: Cristo, que viene a dar su sangre para limpiar el primer pecado de la humanidad, es crucificado en el mismo lugar en el que estaba enterrado Adán, el primer pecador. De hecho, Gólgota, nombre como se conocía en arameo la colina donde fue martirizado Cristo, puede traducirse como “lugar de la calavera”. El nombre latino de ese emplazamiento es Calvario.
En los brazos de la cruz, un par de ángeles recogen con un cáliz la sangre que salta de sus manos. Coronando esta joya verás un pelícano que se picotea el pecho para alimentar a sus crías, símbolo eucarístico de cómo Cristo sangró por los fieles. Este animal también lo verás en la portada de acceso del Monasterio de San Juan de los Reyes.
Este simbolismo viene de los bestiarios medievales. Recopilaciones poco científicas de la fauna, tanto especies reales como otras fantásticas o mitológicas (grifo, sirena, unicornio, hidra, basilisco...). Tanto a los seres reales como a los imaginarios se les daba un sentido doctrinal, acorde al Cristianismo. A Cristo se le identificaba así con la figura del pelícano.
San Agustín se refiere al pelícano en su salmo 101: “Se dice que estas aves matan a picotazos a sus polluelos, y que una vez muertos, los lloran durante tres días en el nido. En fin, se dice también que, hiriéndose gravemente la madre a sí misma, derrama su sangre sobre sus hijos, que rociados con ella, reviven”. La equiparación con Cristo es clara.
La cruz se coloca sobre una manga procesional de seda y bordada en oro realizada en 1510 por orden de Cisneros, presentando cuatro escenas: la Asunción de la Virgen, la Adoración de los Reyes, el Martirio de San Eugenio y la Aparición de Santa Leocadia.
Acercándonos al corazón de la procesión, verás otra cruz de gran importancia: la cruz del Cardenal Mendoza. Un regalo a la Catedral de este personaje, creador del Hospital de Santa Cruz. Actualmente es un museo muy infravalorado por lo que nosotros ponemos nuestro granito de arena y le damos a conocer en el free tour Toledo Esencial. De la citada cruz, original sólo se conserva el astil gótico de plata.
Según el testamento de Mendoza, la cruz fue el primer símbolo cristiano que entró en Granada tras la conquista de los Reyes Católicos. Concretamente a una de las torres de la Alhambra. Sea como fuere, este importante objeto artístico precede al cabildo catedralicio y a la Custodia en la procesión acompañado de acólitos, diáconos o los pajecillos. Niños vestidos con pelucas blancas y vestimentas barrocas multicolores que van arrojando pétalos de rosas delante de la carroza donde se traslada la Custodia y el cuerpo de Cristo.
¿Qué es la custodia de Toledo?
La Custodia de la Catedral Primada es, se mire por donde se mire, una joya única por muchas razones:
- Sus cifras. 12.500 tornillos, 5.600 piezas y 260 figurillas de distinto tamaño forman la torre grande, con una altura de 309,5 cm y empleándose para su construcción 183 kg de plata y 18 kg de oro, aparte de perlas, esmaltes y demás pedrería.
- El trabajo que hay detrás. Ocho años y seis meses – de octubre de 1515 a abril de 1524 – es lo que tardó el maestro alemán Enrique de Arfe en realizar la torre que albergaría la custodia de manomás pequeña de Isabel la Católica, sustituyendo a otra custodia anterior de plata de la que tenemos noticias por algunos personajes como Jerónimo de Münzer o Antonio de Lalaing. El Cardenal Cisneros fue quien encargó el trabajo a tan magnífico artista el cual supo ensamblar a la perfección cada una de sus partes. Es más, dejó una especie de manual para montarla en caso de que tuviera que desarmarla. La cruz de esmeraldas que remata el templete, sin embargo, no es de Enrique de Arfe sino del platero Laínez, realizada en 1523. Igualmente, la carroza sobre la que procesiona es posterior, del siglo XVIII, y realizada por Manuel Bargas Machuca siguiendo los modelos de Narciso Tomé, artista encargado del Transparente de la misma Catedral.
- La custodia de mano. Como ya mencionábamos, el templete del siglo XVI se crea con la idea de albergar una custodia de mano más pequeña. Un ostensorio de oro que procedía de la testamentaría de Isabel la Católica. Fue su confesor, el mencionado Cisneros, quien mandó comprarlo en 1505, por 1.034.810 maravedíes. Ahí no queda la cuestión, sino que según la leyenda se dice que el oro del que está hecha – 17 kg de oro puro, para ser exactos – fue el primer oro que se trajo Cristóbal Colón de América.
Actualizado junio 2023
Si te es imposible venir a Toledo el día de la procesión, no te preocupes. La custodia suele estar expuesta dentro de la Catedral por lo que podrás verla aunque sea a través de un cristal. Y ya para rematar, si quieres conocer todos los secretos de la Catedral, contacta con nosotros para organizarte una visita guiada privada. Una experiencia que no te decepcionará.
Una práctica perdida: los autos sacramentales (Actualizado junio 2023)
Antaño, una faceta importante del Corpus Christi toledano era la representación de un auto sacramental previa a la procesión. Un drama litúrgico que abordaba episodios bíblicos o conflictos de carácter moral y teológico, conformado a modo de alegoría y normalmente resuelto en un solo acto. La Contrarreforma los utilizó como medio de combatir las ideas que surgían del Protestantismo. Además de poner hincapié en sus temáticas también se vieron favorecidos por una escenografía espectacular que trataba de llamar a la fe a través de impresionar a los fieles.
En Toledo, este tipo de dramas doctrinales se registran al menos desde el siglo XII. Hablamos del Auto de los Reyes Magos, procedente del archivo catedralicio y fechado en 1145. Tuvieron especial pujanza debido a la calidad de los autores que firmaban los libretos: Lope de Vega, Tirso de Molina, Francisco Rojas Zorrilla, Agustín Moreto o Calderón de la Barca. Bartolomé Villalba dice de tales representaciones en su obra “El peregrino curioso y grandezas de España” (1889) que “son las mejores que se hacen en ninguna parte porque se precian los que rigen esta Catedral de tener el mejor pantomimo representante que hay, y como es la flor de la lengua en Toledo y de los farsantes, échase de ver mucho la ventaja”.
Originalmente, la representación se realizaba dentro de la Catedral y otras iglesias. Con el tiempo, fue “expulsada” de los templos a escenarios montados en la Plaza del Ayuntamiento o la Plaza de Zocodover. El corazón de la ciudad a pesar de no ubicarse en el centro de la misma y el punto de reunión de estas visitas guiadas por Toledo.
La representación de autos sacramentales fue prohibida por Carlos III, espoleado por los prohombres ilustrados del momento. Lo hizo a través de una Real Cédula el 11 de junio de 1765. En ese momento ya había pasado el momento dorado de estas creaciones literarias y la calidad de los libretos decaía. Además se consideró que los teatros eran lugares impropios y los comediantes instrumentos indignos para explicar los sagrados misterios.
Expuesto todo lo anterior ¿a qué esperas? ¿vas a dejar pasar otro año sin conocer esta procesión espectacular y los actos que la acompañan? Tal vez no sea el mejor momento para conocer los museos y monumentos que atesora nuestra ciudad, pero no verás otra ocasión en que las calles estén más engalanadas. Vista, olfato y oído se regocijan con ésta, nuestra fiesta grande.
Bibliografía (Actualizado junio 2023)
-
Llamazares Rodríguez, Fernando: “La Custodia del Corpus de la Catedral de Toledo o la admirable torre eucarística”, en Corpus, historia de una Presencia, Catálogo de la Exposición, Toledo, Instituto Teológico San Ildefonso, 2003 pp. 287-299
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Hormigos González, Ana: Práctica escénica en las representaciones teatrales del Corpus Christi de Toledo de finales del siglo XVI, EPOS, XXXI (2015) pp. 207-222
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López Gómez, Juan Estanislao “La procesión del «Corpus Christi» de Toledo”, Toledo, Diputación Provincial, 1987
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Martín Morales, José: "Corpus Christi" en Toledo. Ed. Gómez Menor. Toledo, 1982
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Marínez Gil, Fernando: La expulsion de las representaciones del templo (los autos sacramentales y la crisis del Corpus, 1613-1645), Hispania, 2006, vol. LXVI, nº. 224, septiembre-diciembre, pp. 959-996
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Moreno Nieto, Luis: Guía-recuerdo del "Corpus Christi" en Toledo. Ed. Diputación Provincial de Toledo. Toledo, 1960
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Rodriguez de Gracia, Hilario: El Corpus en Toledo. Fiesta religiosa y profana en los siglos XVI y XVII, Toledo, Caja Castilla-La Mancha, 2001
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Sánchez-Palencia Mancebo, Isabel: El Corpus en Toledo durante el siglo XVII. Auto sacramental: “Combite de la fe”, Toledo, edición del autor, 2005
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Vizuete Mendoza, José Carlos: Cofradías eucarísticas de Toledo. Corpus Christi y Minerva, Actas del I Congreso Nacional de Historia de las Cofradías Sacramentales, Sepúlveda (Segovia), 2008, págs. 197-231