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Los subterráneos de Toledo atraen a gentes de todo el mundo y no nos extraña. Tienen una mezcla entre historia y leyenda que engancha a todos los que los conocen.
Sótanos centenarios, aljibes medievales y restos arqueológicos bajo las calles y casas, todos ellos increíbles y muy interesantes, te esperan para que descubras el pasado de esta ciudad milenaria a través de ellos.
Algunos de ellos solamente se pueden visitar con un guía habilitado, si quieres realizar la mejor ruta de Toledo por el Toledo subterráneo estas en el lugar indicado. Mientras tanto, te ofrecemos una pequeña guía con referencias sobre este Toledo subterráneo, por si deseas seguir indagando.
¿Qué espacios puedes visitar en una ruta guiada por los subterráneos de Toledo?
Mazmorras de la Posada de la Hermandad
El museo Posada de la Hermandad es un auténtico viaje en el tiempo a la época de los Reyes Católicos. Además es un lugar excepcional, teniendo en cuenta que es el único espacio carcelario histórico que se conserva en la ciudad. Su mayor interés reside en las cuatro celdas subterráneas que servían para la reclusión de golfines y criminales varios.
Si quieres conocer el contexto histórico de la antigua Cárcel de la Santa Hermandad puedes leer «La sociedad amenazada: crimen, delincuencia y poder en Toledo a finales del siglo XV» del profesor de la Universidad de Castilla-La Mancha Óscar López Gómez, o puedes venir a la Ruta Toledo Subterráneo y te hacemos un resumen 😉
Baño del Cenizal
No deja de ser emocionante abrir una puerta de metal, bajar una pequeña rampa y encontrarte, de pronto, en un antiguo hamman – baño árabe – de casi mil años de antigüedad, situado bajo una casa particular a unos pasos de la Catedral. En este espacio se conservan dos estancias que nos sirven para explicar las costumbres higiénicas y la vida cotidiana de nuestros antepasados, los habitantes de Tulaytula. Como todavía no se ha inventado la máquina del tiempo, lo mejor es que te vengas con nosotros a que te mostremos de una manera realista y documentada esta fascinante época de la que, desgraciadamente, apenas nos ha llegado nada.
Baño del Ángel
Sabemos gracias a trabajos como los de Clara Delgado, “Toledo Islámico: ciudad, arte, historia” que Toledo contó con al menos una decena de baños árabes, probablemente muchos más, casi todos ellos perdidos. Ya hablamos anteriormente del hamman del Cenizal; este es otro ejemplo de un antiguo hamman, aunque situado en la zona de la Judería.
Pozo del Salvador
La relación de los toledanos con el agua ha sido siempre tormentosa. Tanto como las empinadas cuestas que nos llevan hasta el río Tajo. Por este motivo, durante siglos en esta ciudad se ha excavado en busca de las aguas subterráneas que corren bajo la misma, o para almacenar el agua de la lluvia. Esto se puede comprobar en la obra editada por la Universidad de Castilla-La Mancha «El agua en Toledo y su entorno: épocas romana y medieval«.
Lo cierto es que la mayoría de los subterráneos de Toledo están relacionados con el suministro de agua, lo cual tratamos de explicar en este interesante espacio subterráneo que pasa totalmente desapercibido en la plaza de San Marcos.
Termas Romanas
Este conjunto arqueológico guarda vestigios de las costumbres higiénicas de la ciudad romana que fue Toletum hace casi dos mil años. Aquí se conservan restos del caldarium – sala caliente – incluyendo el hipocaustum – calefacción subterránea – aunque lo más relevante es el criptopórtico, una especie de túnel que comunicaba las diferentes estancias de las termas. Por otro lado, este lugar ejemplifica a la perfección cómo en Toledo se superponen unos edificios sobre otros. Dicho de otra manera, aquí se nos explica la receta de la simbólica tarta que es Toledo, donde coexisten sucesivas capas de restos arqueológicos. Con el paso de los siglos, las termas fueron abandonadas y sus bóvedas colapsaron, después los muros y con el tiempo se construyeron edificios medievales, renacentistas y contemporáneos encima.
Puerta del Vado
Visitar la puerta del Vado es sentirse como un Indiana Jones. Bajando una estrecha e inclinada escalera encuentras una abertura en el muro, que debes atravesar pasando casi a gatas. Y de repente, en las entrañas de la tierra, te topas con una puerta árabe, idéntica a la de Alfonso VI, que ha permanecido oculta durante 500 años, hasta que fue hallada en 2002, durante unos trabajos de excavación. Para visitar la puerta del Vado debes concertar una visita privada.
Otros espacios subterráneos
Sótanos del Museo del Greco
Si bien la tradición afirma que bajo el Museo del Greco existen siete niveles subterráneos, lo cierto es que se trata de un conjunto de sótanos de origen medieval superpuestos en dos niveles, como explica el arquitecto e investigador Jean Passini en su artículo “La judería de Toledo: sótanos bajo patio”. Lo más probable es que se le imaginasen cinco niveles más en relación con la simbología mágica del número siete, puesto que la leyenda asegura que esta casa fue habitada hace siglos por un mago, el marqués de Villena, que habría tratado de volver de entre los muertos en el séptimo sótano de sus palacios, con inesperado resultado.
Para visitar este espacio simplemente debes adquirir la entrada al Museo del Greco, en cuyo jardín se encuentra este legendario conjunto arqueológico, del cual solo una mínima parte es visitable, pues la mayor parte permanece cerrada con rejas.
Sinagoga del Sofer
Se trata de un espacio arqueológico situado en plena judería toledana, entre la calle Reyes Católicos y la del Ángel. Está abierto en todo momento, pues ni siquiera cuenta con una puerta de cierre, por lo que está muy sucio y descuidado. Allí podrás ver restos de dos aljibes, una bóveda de ladrillo y restos de un muro que, en opinión de los arqueólogos, es un vestigio de la muralla de la judería. El ya mencionado Jean Passini asegura en su artículo «La Sinagoga del Sofer en Toledo» que en este lugar estuvo la sinagoga del Sofer, que fue destruida en 1391, cuyos restos habrían quedado ocultos bajo unas casas, que reaprovecharon los sótanos de la sinagoga como bodegas.
Para visitar este espacio debes acudir al inicio de la calle del Ángel, junto a la calle Reyes Católicos.
Cueva de Hércules
Este espacio es reducido en tamaño, pero inabarcable en historia y en leyenda. Es uno de esos lugares que ilustran a la perfección cómo en Toledo la realidad y la ficción se entremezclan dando lugar a una atmósfera embriagadora. Cuenta la leyenda que el último rey visigodo, don Rodrigo, entró a una cueva en busca de un tesoro que allí creía depositado desde tiempos inmemoriales. Para su decepción, encontró unos paños en los que se representaba la invasión que acabaría con su reinado: la de los árabes. Desde el siglo XVI se relaciona a este lugar con la leyenda de la pérdida de España. Sin embargo, al menos desde el siglo XV se denomina a este lugar “la bóveda de Hércules”, como demuestra el profesor de la Universidad de Castilla-La Mancha Vasilis Tsiolis. La realidad arqueológica de este subterráneo es que se trata de una cisterna romana, que varios siglos después sirvió para cimentar una mezquita, que después se convirtió en iglesia.
Para entrar a la Cueva de Hércules debes ir a Callejón de San Ginés, 3.